Resumen |
No te muevas, no te muevas, susurró cuando vio que la mariposa de posaba sobre el hombro de la mujer. Él sabía que, si tenía suerte, el almacén de artesanías le pagaría un ringgit de oro por una mariposa tan bella. Con ese dinero, él podría comprar la avena para su abuelo.
Ella estaba de visita en el país de Abdullah y no entendía. Entonces, él le contó su historia y le enseñó cosas aún más mágicas que las hermosas mariposas de alas enjoyadas. Cosas como el amor de un niño por su pueblo, quien fuera una vez el mejor tejedor del pueblo.
La historia de Abdullah es tan inesperada como el momento en que la mujer vio la mariposa. |